viernes, 19 de julio de 2024

¿Por qué tenemos un estudio bíblico virtual?

Desde Agosto del 2020, María (mi esposa) y yo, comenzamos a reunirnos de forma virtual y pública con amigos, familia, y hermanos de diferentes lugares para estudiar la Biblia - sí, leíste bien, la Biblia. 

¿Qué es lo que motiva a una persona a hacer esto?

Hay un dicho que dice que "al que no quiere caldo, le dan dos tazas." Y suena extraño decirlo después de cuatro años conectándonos cada semana - con importantes pausas, a veces - pero la respuesta más honesta y sencilla es que no fue algo que ninguno de los dos planeó. De hecho, Dios sabe que, al inicio, yo mismo no quería hacerlo. Ya te cuento de qué se trata esto...

 

Quizá el mejor punto para contar esta historia es precisamente el año en que inició todo, el 2020.

¿Será que algo fuera de lo ordinario sucedió ese año? Ah, sí, casi se me olvidaba, ¡una pandemia!

 

El año 2019 fue un año particularmente difícil a nivel ministerial para nosotros, ciertamente buscábamos servir a Dios, pero había - y aún hay - muchísimas cosas que Él necesitaba trabajar en nuestras vidas.

 

En Febrero del 2020 fuimos a visitar a varios misioneros, unos en México, y otros en Ecuador, haciendo escala en Perú. Para entonces se oía de rumores de un virus que estaba afectando China, pero eso estaba muy lejos.

Nuestra sorpresa es que en Marzo, a dos semanas de haber aterrizado, las fronteras de Costa Rica se cerraban, y el famoso virus nos había estado pisando los talones durante todo el viaje. Esto es historia para otro día.

Acto seguido, se decreta el cierre de todos los lugares de reunión pública en el país, y eso implicaba no sólo el box (gimnasio donde la gente hace Crossfit), donde pasaba al menos 3 horas cada una de las 5 noches que entrenaba, sino también la iglesia donde servíamos.

 

En Febrero del 2016 María y yo decidimos dejar nuestra casa recién construida en Cartago, y la iglesia donde nos habíamos formado, para tomar una puerta que Dios había abierto en Liberia, sabiendo que Dios nos había llamado a servir en una nueva iglesia.

 

La excusa, el trabajo de mi esposa; la oportunidad, mi profesión, que me permite trabajar remotamente. Pero ese es tema para otro momento.

 

De repente, nuestro motivo para estar en Liberia, que es el ministerio, se pausa de forma indefinida e incierta por situaciones totalmente ajenas a nosotros - el virus - y nos encontramos entonces en una "crisis existencial," preguntándonos ¿para qué estamos aquí?

 

Verán, es difícil admitirlo, pero existe un secreto a voces respecto a la manera tan conveniente que algunos tienen o tenemos de vivir la vida Cristiana. Muchas personas van a la iglesia como una forma de "cumplir" con Dios y seguir viviendo su vida "regular" durante el resto de la semana - le hago el favor a Dios de ir el Domingo a la iglesia y, como Él ya está contento con eso, me voy el resto de la semana a vivir mi vida.

Bueno, si llevamos esto al "siguiente nivel" (el ministerial), la situación no es muy diferente. Sirvo a Dios en la iglesia una o dos veces a la semana, cumplo con todo lo que se supone que un "buen Cristiano" debe hacer - compartir el evangelio a los niños en las clases, predicar dos veces al mes, cantar, etc, etc, etc - y luego me voy a vivir mi vida porque "ya cumplí." "Vaya, qué buen Cristiano que soy." Y, para añadir un poco más de drama, "yo lo deje todo para venir acá."

 

Más agua tibia no la hace más caliente... piénsalo un poco.

 

Lo mejor que Dios puede hacer en ese momento es simplemente desnudarte, quitarte todas las excusas y dejarte completamente descubierto, para que no tengas más opción que observar tu triste realidad. Obviamente, hablo por mí.

 

Dios estaba comenzando a prepararnos para atravesar nuestra más grande crisis hasta la fecha, sin nadie a nuestro lado más que Él. Este fue el inicio de la época más oscura en mi vida Cristiana.

 

No voy a entrar en detalles, hay muchas cosas que quizá las escriba en otra ocasión. Lo importante es que entonces aprendí una cosa: No importa qué tan viejos seamos, tanto hombres como mujeres (pero en especial los hombres), todos tenemos una chupeta. Sí, una chupeta; esto que le ponen a los bebés en la boca para que dejen de llorar, que los calma por un rato, que no los alimenta y en algunos casos hasta les hace daño, pero que los "calma" y los entretiene por un rato, para que dejen de pensar en lo que los hace sufrir, esperando poder quedarse dormidos y que todo pase; pero que no cambia en nada su situación.

Algunas personas recurren a los vicios, como por ejemplo el alcohol, otros recurren a pecados, que no vamos a mencionar en este momento, otros recurren al entretenimiento, entre otras cosas.

Yo soy un claro ejemplar de los males de mi generación, yo soy un millenial al que le gustan los videojuegos, y muchas veces recurro a ellos cuando tengo problemas.

 

En esta crisis atravesé la peor depresión de toda mi vida hasta ahora, y el contador de horas de mi juego favorito es testigo de ello. Un dato para otro día.

 

En medio de todo esto, la gente se está muriendo afuera, la situación en el trabajo de mi esposa está en el peor momento de toda su historia, no solo a nivel nacional (mi esposa es médico), sino a nivel personal. Una cosa es no querer morirse, otra muy diferente es vivir con el temor de transmitir un virus mortal de un paciente a otro, o traerlo de vuelta contigo a casa. Nadie que no haya vivido esa realidad podría entenderlo. Los amigos cercanos de María saben de qué estoy hablando.

 

Es en medio de todo esto que Dios actúa.

 

Quisiera contarles que me fortalecí en el Señor y en el poder de su fuerza (Efesios 6:10), pero eso sería mentira. La verdad es que María es quien creció más fervientemente en su vida de oración mientras yo me consumía en mi chupeta. Ciertamente sé que ella oraba por su esposo.

Después de su propio horno de fuego, María comenzó realmente a clamar a Dios por oportunidades para compartir el mensaje de salvación con alguna de todas esas personas que se estaban muriendo allá afuera. Hasta que un día...

 

Estado de Whatsapp - "¿Quiere que ore por usted? ¿Quiere conocer de Dios? Escríbame"

 

Nadie respondería a esto en condiciones "normales" y lo más lógico es pensar que es debido al temor a la muerte que muchas personas comenzaron a escribirle mensajes a mi esposa, pero yo creo que la oración eficaz del justo puede mucho (Santiago 5:16). ¿Qué otra respuesta podría haber recibido María si su ferviente oración era conforme a la voluntad y el deseo de Dios de salvar a las personas?

 

En los días siguientes...

 

"María, ore por mí"

"María, ore por este familiar que se está muriendo"

"María, seamos amigas de Biblia"

"María, nos podemos reunir con esta persona para estudiar la Biblia"

 

Yo estaba demasiado ocupado, atontado, tratando de adormecer los pensamientos en mi cabeza. Y, para colmo de males, ni siquiera estaba mejorando en el videojuego.

 

"Pato, una pareja quiere estudiar la Biblia con nosotros"

 

¡Qué problema!

Si alguien le preguntara a Natanael en ese momento, ¿quiere hacerlo? yo sé la respuesta: ¡Definitivamente NO!

 

Pero el problema no era ese. El problema es que yo literalmente tengo terror de decirle a Dios que no. Y créanlo o no, esto es algo bueno, quizá mi única respuesta correcta en ese momento.

Verán, decirle a Dios que no, implica, al menos para mí, correr el riesgo de que Él ya no me necesite en esta tierra, y tener que subir en vuelo directo a rendir cuentas delante suyo en el tribunal de Cristo - tema que no voy a explicar el día de hoy.

 

Y después de reunirnos por casi 2 meses con esta pareja de amigos, donde en cada ocasión le compartimos el mensaje de salvación...

 

"María, hagamos un estudio bíblico virtual e invitamos a más personas"

 

¡¿Por qué a mí?! ¡¿Acaso no puede hacerlo otro?! ¡Yo no quiero! - Pensaba Natanael - Pero tengo demasiado miedo de decirle a Dios que no.

 

Después de una semana completa, donde cada día María me preguntaba, "¿vamos a hacer el estudio? sino para cancelarlo;" tomé lo que había aprendido de mis muchas y vergonzosas horas de videojuegos y directos (streaming), y armé lo que sería la presentación del estudio bíblico. Eso sí, María no lo iba a saber sino hasta el último minuto.

 

Teniendo con nosotros un bosquejo con el plan de lectura de 6 meses de un estudio bíblico llamado "Desde la Creación hasta Cristo," empezamos; utilizando nuestra propia versión de un método llamado Descubrimiento Bíblico (Discovery Bible Method). Sin mucha preparación, con nada de deseo de mi parte, y motivado por el temor a Dios - sí, un literal terror de que ya no me necesitara más aquí.

 

Quién iba a decir que se conectarían más de 15 personas el primer día: amigos del gimnasio, familiares por los cuales habíamos estado orando por años, personas a las que habíamos tenido el privilegio de ayudar en medio de alguna crisis de salud, amigos de amigos, y personas Cristianas también. Nos acompañó, inclusive, un compañero de videojuegos.

 

Mirando atrás pienso, cuan poco preparado y cuan indispuesto estaba.

Gloria a Dios por su gracia, su paciencia, y su misericordia.

 

En cuatro años, muchas personas han pasado por nuestro pequeño estudio bíblico. De los primeros, pocos son los que siguen con nosotros. Pero todos los que nos han acompañado han escuchado el mensaje de salvación, así nos hayan acompañado una única vez.

Dios ha dado fruto a lo largo de este tiempo. Varios de ellos le entregaron su vida a Cristo en este proceso, y algunos sirven inclusive en su iglesia local. Para otros ha sido un puente para volver a los caminos de Dios. Nosotros no somos dignos, y mucho menos sabemos cómo, pero Dios lo ha usado de una u otra manera. Ciertamente yo era como Jonás, al inicio de su historia.

 

A lo largo de 4 años hemos estudiado "Desde la Creación hasta Cristo," el libro de Jonás, todo el libro de Josué, y varios otros relatos de la Biblia - versículo por versículo. A la fecha, vamos por la mitad del evangelio según Marcos.

 

Es curioso cómo Dios puede utilizar hasta la más pésima actitud, no lo digo por Jonás sino por mí, para algo que puede ser útil para su gloria.

Yo sigo siendo igual de inadecuado e incompetente para guiar a nadie a través de la Biblia, si alguien me preguntase cuál es el obstáculo o la dificultad más grande de nuestro estudio bíblico, la respuesta siempre es Natanael. Pero la gracia de Dios es mayor que mi incapacidad y mi frecuente falta de ganas. Nuestra competencia proviene de Él (2 Corintios 3:5).

 

Hay muchas cosas que han cambiado en nuestras vidas a lo largo de los últimos 4 años. Para la gloria de Dios, ya no somos los mismos.

 

Hay un punto donde todo Cristiano debe decidir si va a seguir viviendo convenientemente o no. Estudiar la Biblia públicamente implica, primeramente, para nosotros, reconocer que antes vivíamos convenientemente, no importa cuánto creamos que estábamos sirviendo a Dios antes de la pandemia. Dios no quiere parte de nuestra vida/semana, Él es digno de toda ella.

 

Hacer esto públicamente, especialmente partiendo del hecho de que creemos que la Biblia es en verdad la Palabra de Dios (1 Tesalonicenses 2:13), literal y tal cual está escrita - cada palabra individual - implica que algunas personas no van a estar de acuerdo con lo que hacemos, o con cómo lo hacemos. Otros cuestionarán inclusive nuestra motivación para hacerlo.

 

Yo sé una cosa, no era parte de nuestro plan, sino una necesidad que Dios puso delante de nosotros - personas que intencional y abiertamente querían estudiar la Palabra de Dios.

 

Para algunas personas, dedicar una noche de la semana al estudio de la Palabra de Dios no es importante, les puedo decir que para nosotros ciertamente lo es: orar juntos, compartir el estudio de la Biblia juntos, crecer juntos (¿ya dije "juntos"?) - ¡Qué bendición!

Aprender de todos los que nos han acompañado por tantos años es uno de los privilegios más grandes que Dios me da cada semana. Escuchar a las personas hablando la Palabra de Dios cada semana es una gran bendición.

 

No somos una iglesia, nunca hemos pretendido serlo, parte de lo que constantemente mencionamos es la necesidad de cada uno de los que nos acompaña de ser parte de su propia iglesia local y física. El cuerpo de Cristo no es un cuerpo virtual, sino espiritual que se refleja en personas físicas en una iglesia local.

 

Dios ha utilizado nuestro pequeño estudio bíblico virtual para su gloria, y en esto me gozo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Por qué tenemos un estudio bíblico virtual?

Desde Agosto del 2020, María (mi esposa) y yo, comenzamos a reunirnos de forma virtual y pública con amigos, familia, y hermanos de diferent...